Actividades en Europa

Un fin de semana en Landau 

… o, una Asamblea de Socios distinta (otra vez)

Magdeburgo, 22 de julio de 2021. 

Tal como lo sugiere el título: Pandemia y Asamblea de Socios se llevan mal. Un ala de pingüino (medida ad hoc para pigüinólogos como yo) como distancia social tampoco da el 100% de seguridad frente a ese virus que está marcando las vidas de todas las personas de todos los países. 

Con la esperanza de limitar la pandemia, muchos gobiernos impusieron restricciones para salir de casa que duraron meses en algunos casos, así también en Perú y Chile, el hogar del Pingüino de Humboldt. Sin embargo, los peligros que amenazan a los pingüinos siguen: La construcción (en carpeta) de dos puertos mineros, la pesca industrial, la contaminación y explotación de los mares, y con ello la amenaza al hábitat de los pingüinos con sus territorios de caza y de cría. Pero a pesar de todas las restricciones y contratiempos, nuestras colaboradoras y colaboradores en Perú y Chile, incansables y valientes, lograron adaptar sus esfuerzos por la protección de los pingüinos a la situación actual, para seguir adelante, e involucrar la población local de todas las edades. 


¿De dónde lo sé? Pues, llevo casi toda mi vida interesada en estos animalitos maravillosos, elegantes, tiernos y astutos a la vez. Hay testimonios de mis padres, y fotos que me muestran con tres añitos de vida, mostrando feliz los pingüinos del zoológico de mi ciudad natal. No es exagerado decir que puedo pasar dichosa horas y días completos, observando estos animales. (Cualquiera que me conoce un poco lo puede confirmar.)

Consciente que estos compañeritos no solamente son tiernos sino también fascinantes, amenazados y dignos de protección, hace dos años me conecté con Sphenisco. Por curiosidad, por convicción, y para ver “así no más” lo qué estaba haciendo “esa gente”. Respuesta: ¡Están haciendo mucho! Y con toda el alma. Eso me quedó claro el 27 de junio del 2020, en mi primera Asamblea de Socios de Sphenisco. Debido a la pandemia, esta se realizó (por primera vez) en modo online. Debo admitir que eso posiblemente fue de beneficio para mí, ya que viajar a Landau para juntarme con un montón de absolutamente desconocidos, en aquel entonces, habría significado cruzar Alemania entero. En todo caso, ¡habría valido la pena! Eso me quedó claro en tres tiempos, en esa tarde de sábado hace algo más de un año. Allí había personas inclinadas sobre sus computadores, todas ellas muy diferentes entre sí, pero bastante conocedores de los pingüinos (de Humboldt). Y eso de la manera más simpática: Eran entendibles, abiertos, comprometidos. Conocedores desde adentro, porque observan e investigan los animales en zoológicos, parques y/o en las costas y aguas de América del Sur. Con o sin carrera de biólogos o doctorado. Lo que cuenta es el interés. Por lo tanto, Sphenisco era y es el lugar preciso para mí. Y como eso se hizo tan evidente, también quedó claro que mi pareja y yo participaríamos presencialmente en la Asamblea de Socios 2021 en Landau. 

Sin embargo, una pandemia no se termina tan simplemente, y poniendo en la balanza vacunas, tests, distancia social, ventilación, cifras de incidencia etc., la directiva decidió con pena en el alma a inicios de junio que la Asamblea 2021 también sería online. A esta altura, sin embargo, ya había reservado una cabaña y era posible viajar. Por lo tanto, en la mañana del 24 de junio, mi pareja y yo nos subimos al tren hacia Landau. El “nucleo” de Sphenisco estaba al tanto, y todos se alegraban con la posibilidad de un encuentro personal.

Para empezar, hicimos un reconocimiento de Landau por nuestra propia cuenta. Luego de recorrer su bonito centro y los parques adyacentes donde se puede hacer excelente observación de aves, llegamos al campus de la universidad y finalmente al zoológico. Teníamos reservado el viernes y domingo completos para visitarlo, ya que ambos somos pacientes para observar con detención, y hay una gran multitud de animales para ver. Desde la diminuta musaraña elefante de orejas cortas, pasando por la tórtola de Socorro, el puercoespín de Palawan, ciervos moteados de Filipinas, numerosos tipos de primates, cangurus de Benett, hasta el tigre siberiano y una especie de pequeñas antílopes con el nombre curioso “Dicdic de Kirk” (Madoqua Kirkii). 

Numerosos paneles informativos diseñados con cariño sobre los animales, la influencia del ser humano en su vida (y supervivencia) y la importancia de los proyectos de conservación de especies serpentean por el zoológico de forma complementaria, y acompañan a las y los visitantes. Al mismo tiempo, numerosos bancos (con una agradable sombra) invitan a quedarse. La conservadora Christina nos invitó a una pequeña incursión por el zoo. Nos permitieron saludar personalmente a los simpáticos dromedarios y nos proporcionaron un cubo de crujientes zanahorias frescas, los cuales el grupo recibió con agrado de nuestras manos. Después, fuimos rápidamente (de vuelta) a los pingüinos, porque un colega de Christina, que está muy familiarizado con los pingüinos de Landau, ya nos estaba esperando allí. En sus manos: un pingüino casi recién salido del cascarón, pequeño y esponjoso, con una cabecita enorme, como la tienen todos los polluelos de pingüino. Mientras el cuidador comprobaba el estado del pequeñito, nosotros nos quedamos parados directamente al lado, conmovidos y asombrados. Después de que el polluelo fuera devuelto al nido donde sus padres que habían observado los sucesos con algo de escepticismo, aún hubo tiempo para una charla con mucha información privilegiada de la vida de un cuidador de animales y de la de los pingüinos de Landau. ¡Muchísimas gracias por ello!

En la noche del viernes, un día antes de la asamblea, estábamos invitados donde Gabriele y Werner Knauf. Un primer conocerse en vivo y directo, por así decir. Una maravillosa oportunidad para terminar el día con temperatura agradable, aire fresco y una vista del hermoso jardín, mientras se disfrutaba de una copa de “vino de pingüino” y se entabló una conversación. Werner nos animó a hacer nuestras preguntas el día siguiente durante la Asamblea de Soci@s. Ya que preguntas, teníamos muchas, por supuesto.

Con antelación, la directiva de Sphenisco ya había resumido las actividades más importantes, los avances, los resultados y los balances intermedios del último año, en breves vídeos que fueron hechos accesibles a todos los miembros. Nos resulta difícil imaginar lo que debe haber supuesto, en términos de tiempo de preparación y de emoción, la selección de las mejores imágenes, secuencias de vídeo y sonido, entrevistas con los colaboradores en América del Sur y Nueva Zelanda con el agravante de considerables diferencias de horario, y la redacción precisa de la información más importante. Tampoco faltó el nerviosismo en casa de Gabriele y Werner en la víspera del encuentro online: ¡Ojalá la tecnología funcione! 

Y lo hizo, sin problemas. En el portal de la reunión se abrieron cada vez más ventanitas con rostros, algunos conocidos, algunos aún desconocidos para nosotros. También Nancy, una comprometida activista medioambiental y estrecha colaboradora de Sphenisco, se conectó desde Chile. Su trabajo con las personas en el terreno, y su manera accesible, seria y persistente me impresionan profundamente. Para ella, la protección del medio ambiente parece ser el gran tema. Los seres humanos y los animales, los pingüinos de Humboldt, son una parte de ello. Si los seres humanos (también en la aparentemente lejana Europa) tratamos con respeto lo que la naturaleza ofrece, habrá suficiente espacio vital seguro y alimentos frescos para todas las criaturas. Es tan sencillo.

La investigación también es un tema importante para y en Sphenisco. Es difícil creer que haya tanto que los humanos aún no sepamos sobre los pingüinos (de Humboldt). ¿Qué hacen los animales durante días y meses en el mar cuando no están empollando? Claro está: comer. Pero, ¿qué más? ¿Hacia dónde nadan? ¿Qué influencia tienen los humanos en sus rutas? ¿Cómo se comunican entre sí? ¿Cómo sabe el pingüino en realidad dónde está o adónde debe ir? ¿Existen acaso sonidos que impidan que los pingüinos perezcan como capturas accidentales en las redes de pesca? ¿Qué proyectos de investigación sigue apoyando Sphenisco? ... preguntas y más preguntas. 

El investigador de pingüinos Klemens Pütz volvió a estar presente este año y pudo responder a varias consultas. Las y los científicos de los proyectos de Nueva Zelanda y Chile que no pudieron estar presentes estuvieron excelentemente representados por la directiva de Sphenisco. Si alguna pregunta no se podía responder, estaba claro: no investigado aún, o, se está investigando.

Hablando de preguntas: En cuanto alguien hace una pregunta, de repente surgen un montón de preguntas, temas e ideas que quieren ser planteadas y debatidas. En eso, sorprendente para todos, el marco temporal de la reunión se expandió considerablemente. Al final, no fue la tecnología la que se derrumbó, sino las y los participantes que cayeron de sus sillas con las cabezas humeantes. Bueno, no fue exactamente así. Pero lo que está (o se hizo) claro para todos es que hay mucho que hablar, investigar y hacer. Y la mejor manera es hacerlo juntos. Esperemos que el año que viene nos podamos reunir en persona, el cuarto sábado de junio en Landau, para analizar la situación. ¡Nosotros estaremos allí!... Y hasta entonces, hacer lo que podamos en el aquí y ahora, estar atentos, tomar decisiones (de consumo) responsables y contagiar la fascinación por los pingüinos.

K.B.

Traducido por Barbara Müller

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Nota

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